Ojala que llegue ese día en que ya no quiera tocarte
Ni que al verte me corra por la espalda un dedo de escarcha helada
Ni que tus ojos me estremezcan
Ni tu mirada me lleve al mar
Ojala que llegue ese día en donde pueda contar las veces que pienso tu nombre
Y donde la noche no me encuentre abrazada a tu sombra
Ni la tarde sea vacía
Ni la mañana una farsa
Y la música sea música y no dagas
Y el frío sea frío y no ausencia
Y la oscuridad no sea miedo.
Ojala que llegue ese día en donde todo no sea perfecto
Y la respiración salga sola
Como una estrella, como un río, como el viento.
domingo, 11 de mayo de 2008
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