Mujeres alteradas 2

Equidad. Un concepto básico en la Justicia humana. Paso a detallar:

1-Empezamos el curso de preparto: voy hasta un departamento muy lindo, algo anticuado en su decoración, pero limpito, calentito, acogedor. Me abre un chico con cara de traste y pinta de "hace un mes que no me baño" o, en su defecto, "tengo que cambiar urgente mi shampu". Me pregunta el susodicho:

-¿venis al curso?.

Tranquila, tranquiiiilaaaa. Una posible respuesta podría haber sido:

-No, tengo problemas de personalidad y creo que soy la que hacía de turra en Topacio por eso finjo estar embarazada y me pongo un almohadon enorme entre las ropas así me dejan el asiento en el 85 que pasa por Quilmes.
La respuesta real fue -mirando con alevosía mi panza:

-Sí.

2- Un grupo de parejas jóvenes estaban sentadas alrededor de una mesa en un comedor impecable, lustroso. Estaba todo tan brillante que tuve que entrecerrar los ojos. Me recibe una señora gorda y rosada -muy rosada- con un beso bastante humedo (ajjjj).
- vos debes ser Pepita...tenés prepaga no? Y tu marido? viniste solita. Pobreshiiita, mi amor!!!
Decía esto mientras me apretaba los cachetes y cada palabra la remarcaba y alzaba la voz...y escupía.
Las miradas chorreando piedad se clavaron en esta personita y se hizo un gran silencio. Tranquiiiila, Tranquiiiilaaaaaaa. Posible respuesta:

-No chanchita de la campiña inglesa , no me llamo Pepa- primero muerta con ese nombre- tenga cuidado señora que soy una desquiciada que acaba de ser abandonada por el progenitor de la criatura y en este estado puedo alegar demencia emocional ante su falta de tacto y su excesivo afecto al ser saludada en plena pandemia de gripe A con un chupón malefico de su parte. Puedo apelar a la legítima defensa y decir que usted, en realidad y a pesar de su aspecto de vieja de cuento de los hermanos Green, es la maníaca del Blem que me quiso atacar junto a los seguidores de su secta, estos amorfos aca reunidos que miran con cara de lechuzas ahorcadas.

Respuesta Real:
- No, soy Frida y marido viene unos minutos más tarde.

3-Empieza la clase, respiramos, nos relajamos, la señora apoya sus gordas manazas en mi panza. La perdono, la relajación me cae bien...hasta que cuenta que asistió al parto de "uno-de-los-hijos-de- Baglietto" y se le ilumina el rostro: Más rosado aún. No deja que nadie diga "ohhhhhh" como si estuviera contando un viaje a la luna y de corrido recita -sí, recita- un poema que ella le hizo al de la trova rosarina para que no se olvide de esa gran experiencia. De la verguenza que me dió, la panza se me puso dura de nuevo. A la mierda la relajación.
Tranquila, tranquiiiiila. Marido me aprieta el brazo rogando que no lance una carcajada.

4-Hay un pequeño recreo. Como ninguno de los mamotretos ahi parados decía nada y se hacía evidente la necesidad de interactuar pregunté si alguna de "las mamis" (ahora nos dicen asi, lo odio) venía por recomendación de mi obstetra.

-Sí- responde la ojerosa que está frente mío.
Salto de mi asiento en busca de un cómplice para despedazar con comentarios al cínico que nos ve todos los meses y sabe con solo palparnos la posición del bebé. Tema obvio:

-¿A vos también te hincha con el tema del peso?- pregunto con los ojos bien grandes, frotandome las manos, imaginando un futuro complot contra el médico.

-No, para nada, sólo engordé 23 kilos en seis meses.

Tranquiiila , tranquiiiiiiila. Flaca de mierda, pienso y las manos se me caen de costado en peso muerto mientras le digo:
-ah.

Acá no hubo posible respuesta. Sólo volví a casa preguntandome por qué, por qué es tan injusta la vida. Supongamos que ojeritas era un poco más alta que yo, sólo un poco. Pero ella está en el sexto mes y yo que le llevo uno y medio de ventaja y engordé 12 kilos, tengo que soportar ESA mirada de obstetra reprobatorio cuando me subo a la balanza del consultorio. Gordo insensato, la próxima vez que me digas algo de mis kilos- aunque más no sea un chiste que marido festeja nervioso- te hago tragar el barbijo y te dejo todo ahogado en la puerta de la clínica de Cormillot así te tratan, comilón infame e injusto.