martes, 23 de febrero de 2010

Inflada

La inflación no es el problema; quiero decir es tan problemático como el riesgo país o la sensación térmica...lo que realmente me infla - y bastante las pelotas- es la viveza argentina. Somos una manga de muertos vivos ¡Horribles!
Mientras mis compatriotas se llenan la boca de la palabra "corrupción" "dignidad" y otras que ya vaciaron de tanto repetirlas, me toco en suerte una situación bastante dolorosa que se tornó en bronca impotente:
Todos los días, con la cama todavía pegada a la cara y luego de dormir como mucho 5 horas, esta madre argentina se come un viaje de una hora para llegar a su trabajo apelotonada en un subte oliendo sobacos ajenos y masticando la culpa de dejar a su bebito para no quedarse fuera del circuito laboral -no hablemos de las condiciones tipo sueldo, igualdad con los otros compañeros, ambiente, etc; no hoy al menos-. Cruzo la 9 de julio por el pasaje subterráneo porque así evito considerablemente ser arrollada por un taxista maniaco y no tengo que demostrar ente el conteo del semaforo que titila que soy la sucesora de Usain Bolt. Ahí hay un kiosco, chiquito en el que todas las mañanas me compro una LEVITE de POMELO. Bueno, casi siempre porque el atento señor -que bien podría ser un gran bailarín de tango, no sé, tiene la pinta- se olvida de pedir en su stock la cantidad suficiente del gusto POMELO y parece que a los porteños que trabajamos por el obelisco nos gusta ESE y no el de Pera, como me enchufo la semana pasada. O todos nos complotamos para pedir de pomelo o Copes se queda estomáticamente corto con los de pomelo aunque le pase todas las semanas. Cuestión que hay días en que le soy infiel y compro en el kiosco de la entrada de la galería de Cerrito. Allí el gordito canchero me la cobra 20 centavos más, es decir $5. Nunca le pregunté el por qué de la diferencia con el kiosquito de Copes, pero supongo que estar sobre la calle tiene sus costos extras (?). "De todas formas- me consolaba- 20 centavitos no me van a hacer más rica" Me parecía una nimiedad...es que el asunto es sumamente importante aunque no lo parezca: El pomelo en mi boca luego de la travesía física y espiritual arriba mencionada logra en mi un efecto de tranquilidad, me reconforta y me hace empezar el día bien arriba ¡Iupi, soy una explotada feliz!. La bebida pasando por mi garganta a las 8 de la mañana y con 48 de térmica es un bálsamo, un oasis, una pileta olímpica. Me imagino como en esas publicidades berretas en pelotas corriendo por un prado verde - o amarillo- corriendo en pelotas en cámara lenta con la brisa pegandome en la cara. Aquí viene el momento de la placa roja. Lunes pasasdo, SI señores LUNES con todo lo que ese día implica, voy a la heladera de Copes, sólo Pera, me dirijo a al kiosco de la calle y el gordito canchero me da mi pomelo. Ahhhhhh, felicidad no tienes dueño....estiro en mi mano el billete de 5. Su mano carnosa sigue estirada. Ante mi cara de asombro me dice:- aumentó nena, ahora sale 6. Después de 10 segundos de confusión, le doy la moneda que falta (¡puta madre, no tengo para la vuelta en colectivo!) y me alejo pálida sosteniendo con fuerza mi Levité de Pomelo. "¡Qué desgraciados!". Sube la carne por las pasturas y porque mataron a las hembras la temporada pasada, sube la lechuga porque hace mil quinientos años que no para de llover...¿por qué sube la levite de pomelo? ¿por qué? ¿por qué?.
La secretaria de la radio va al chino de la vuelta a comprar papel higiénico...vuelve con el notición de que nuestros amigos orientales venden mi elixir de la juventud a $4. No lo podía creer: un hombre flaco y petiso, con las uñas negras y un olor dudoso, al que apenas le entiendo cuando me habla es aquel que me banca mientras que mis compatriotas me cagan soberanamente. Sí, esos que putean a toda hora la suba de la luz porque no pueden prender su aire acondicionado, su home theater y su copiadora de CD y piden con caerolazos de telfón que bajen los precios de los aéreos a pinamar . Conclusión: haga patria, compre al chino que en definitiva es el único que me da unas pizzetas de chapa si la compra supera los 50 pesitos y me aguanta los precios lo más posible . Y a todas mis congéneres...¡mao tse tung!

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Frida con pájaros

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